Muchas personas se preguntan si hacer terapia es caro. La verdad es que todo depende de cómo lo miremos. ¿Qué valor tiene sentirse en paz? ¿Dormir mejor, tener relaciones más sanas, dejar de vivir con culpa, ansiedad o miedo? La salud mental no es un lujo: es una necesidad básica para vivir con calidad, dignidad y libertad interior.

Invertir en terapia psicológica es una de las decisiones más sabias que una persona puede tomar. Porque no solo se trata de resolver un malestar puntual, sino de aprender a cuidarse, a conocerse, a encontrar herramientas para atravesar las dificultades de la vida sin destruirse en el intento.

Gastar dinero en terapia no es lo mismo que gastar en algo superficial o pasajero. Es una inversión a largo plazo en tu bienestar emocional, en tu autoestima, en tus vínculos, en tu capacidad de tomar decisiones y disfrutar de la vida.

La terapia no es cara. Caro es vivir con sufrimiento sin saber por qué. Caro es repetir los mismos errores. Caro es no poder confiar, no poder dormir, no poder ser uno mismo. La salud mental no puede seguir siendo postergada. Así como cuidamos del cuerpo, también necesitamos ocuparnos de lo que sentimos, de lo que pensamos y de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con elmundo.

Invertir en salud mental es un acto de amor propio. Y el amor propio nunca es un gasto: es una forma de salvarnos.